Los ingredientes del vermouth
La elaboración del vermouth consiste en combinar un vino base con alcohol vínico y posteriormente, en cantidades controladas, diversas sustancias vegetales como hierbas, especias y raíces. A demás, en algunos casos también se le añade mosto, mistela o vino de licor para ajustar el sabor y la intensidad.
El verdadero distintivo de cada vermouth no solo está en la elección del vino base o la proporción de alcohol, sino que en el cuidadoso manejo de las sustancias vegetales. La magia del vermouth reside en la combinación armoniosa de estos elementos, cada uno con sus secretos y propiedades únicas. Las esencias y extractos de estas plantas, que pueden ser amargas, aromáticas o estimulantes, definen el carácter y la identidad de cada receta, lo que convierte al vermouth en una bebida artesanal con variaciones casi infinitas.
Botánicos y sus características
Los vermouths se distinguen por el aroma y sabor que le aportan las especies vegetales utilizadas en su proceso de elaboración. Cada botánico aporta un efecto único, definiendo el estilo de cada vermouth.
Botánicos amargos: Algunos le introducen elementos como el lúpulo, la genciana, la angélica o el ruibarbo, que son conocidos por su capacidad de aportar amargor, equilibrando al mismo tiempo el dulzor del vino base.
Botánicos aromatizantes: El anís estrellado, la piel de naranja, el romero, el tomillo o el hinojo, por contra, brindan notas aromáticas, resaltando la esencia de la planta y aportando mayor frescura.
Por aquellos que buscan la combinación perfecta, amarga y aromatizada, ingredientes como el ajenjo, la enebrina o la verónica son la solución. Además, también existe la posibilidad de suavizar el efecto con canela, nuez moscada, azafrán, cardamomo o vainilla, equilibrando así el conjunto.
Algunos vermouths más elaborados, como el Miró Organic, Miró Fusion y Miró Gran Reserva, incluyen más de un centenar de ingredientes, entre los que se encuentran raíces, cortezas, frutas, semillas, flores y pieles, como la cúrcuma, el orégano, el laurel, la lavanda o la flor de saúco.